Sobre estimular consiste en ofrecer de forma constante y creciente cosas que hacer o actividades a nuestros hijos, sin pensar en pausas ni tiempos muertos o libres.
La realidad es que lo que conseguimos al sobre estimular es bloquearles, no permitimos a los niños que tengan pausas para asimilar lo que hacen ni interiorizar lo que acaban de aprender. Los niños no avanzan más rápido por empezar a hacer más cosas antes, no hay evidencias científicas que señalen que a más información más aprendizaje, y mucho menos que cuanto menos tiempo tengan libre, mejor para ellos.
Estas son las cosas que suceden cuando sobre estimulamos a un niño:
Sienten presión: acaban asimilando que lo que hacen es por obligación y para agradar a los adultos.
Dejar de hacer las cosas porque les hace felices y las hacen para satisfacer: mecanizan el juego y las actividades, sustituyen el placer de hacer las cosas por la necesidad de tenerlo todo hecho en un tiempo concreto
No les dejamos aburrirse: que es algo primordial (en el top 3 de las cosas que más repito), ya que el aburrimiento desarrolla la creatividad, la imaginación y la autonomía entre otros muchísimos beneficios. Bloqueamos su capacidad de discurrir puesto que no les es necesaria.
Creamos tensión, ansiedad y estrés: y nos son buenos compañeros de la infancia. Los niños tienen que crecer en un entorno exigente acorde a sus capacidades, dejándoles hacer y ser de forma libre, aunque con límites, y permitiendo que crezcan y evolucionen con calma y sin presiones.
Los ritmos de aprendizaje y desarrollo de los niños no van ligados a nuestro interés o ganas por que hagan cosas, no depende de nuestras inquietudes como padres si no de su destreza e interés.
Entonces, ¿cómo podemos jugar sin sobre estimular?
Deja que tome la iniciativa, que sea el niño a la niña quien decida qué hacer o cómo jugar e interactúa con él.
Propicia que se aburra, deja que sienta la necesidad de discurrir e inventar juegos y actividades, que vuele su imaginación
Usa poca tecnología, el móvil, Tablet, televisión o cualquier otro dispositivo cuantas menos veces mejor.
Ofrece juegos sin obligar, dale la oportunidad de rechazar aquello que no le interese o no le apetezca en ese momento.
No organices las actividades por orden ni tiempos, no pautes el juego como una obligación ni tengas un horario ordenando las actividades.
Y siempre tener en cuenta que el tiempo libre y el juego en familia es la mejor manera de jugar